ninguno de nosotros puede pretender ignorarla. Una de las preguntas más fundamentales es aquella de la relación del bautismo en el Espíritu Santo con la regeneración y la conversión. La teología pentecostal insiste en que ambas son muy distintas, que el bautismo es frecuentemente (si es que no lo es realmente normal), subsecuente a la conversión. Por lo tanto, es perfectamente posible que una persona haya nacido de nuevo y, sin embargo, no haya recibido el bautismo en el Espíritu Santo, y que en
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